Foto: Laura Wolf
Rafael
Bastidas- En esta nueva era de la pelota, los jóvenes enfocan sus metas en
jugar profesional, firmar un lucrativo contrato y convertirse en una estrella
del diamante. Sin embargo, para el lanzador Zack Thompson el béisbol es una
pasión que viene trabajando desde que era una niño, junto a su padre y hermano
hicieron todo lo posible para firmar profesional, asumiendo grandes retos
personales y familiares pero que finalmente se concretó en el 2014 cuando fue
tomado en el Draft por los White Sox, siendo un estudiante de la Universidad de
Texas-Arlington. “Desde muy pequeños queríamos jugar béisbol, nuestro padre siempre nos apoyó,
mientras otros salían a jugar, nosotros estábamos entrenando, nuestra infancia
era en el estadio, no era fácil pero lo hicimos y estamos muy contento por
eso”, expresó el espigado lanzador.
Para
Thompson manejar un horario era algo con el que debía vivir, primero porque
tenía que cumplir con las actividades de las escuelas, cubrir las
responsabilidad de estudiar, además de entrenar y colaborar con la casa. “Desde
muy joven adopté un horario para todo, sabía que los estudios tomaban tiempo y
jugar también, así que me propuse usar esta herramienta en mi vida y me ayudó mucho en poder culminar mi
secundaria y mi grado en la Universidad de Texas como Kinesiólogo enfocado
emergencia de hospitales, dice Thompson.
Para
el derecho de la organización de los White Sox el hecho de culminar sus estudios en la Universidad de Texas es un gran logro personal, afirma, que tuvo que
planificar muy bien su tiempo como jugador profesional y como estudiante,
ambos, según Thompson le consumían mucho de su tiempo pero que pudo descubrir
que la perseverancia y la dedicación fueron su mejores socios.
“Como
todos saben en el terreno hay que hacer lo que te piden, debes tener tu rutina,
también en los estudios debe asumir tu compromisos, así que por mucho tiempo compartía
mi tiempo libre en el clubhouse con leer libros de Química, hacer exámenes del
laboratorio, escribir proyectos y presentar pruebas y cuando tocaba ir al
terreno cerrar los libros para colocarme el guante y los tacos porque tenía que
practicar” destacó Zack Thompson.
Ciertamente
para el oriundo de Texas esta rutina que
estableció le permitió tener un balance
para poder hacer las dos cosas que más le gusta, pero también lo hizo
reflexionar en su vocación de ayuda y de dar una mano a la gente necesitada. “El
béisbol es un negocio incierto, no sabemos qué va pasar, pero los estudios
siempre te van a permitir seguir haciendo algo y además tener un trabajo fijo”
dijo Thompson.
Zack
Thompson, entiende su compromiso actual, reconoce que esta un paso de la grande
ligas, su paso por la Triple A de Charlotte es un premio al esfuerzo y la
dedicación que por muchos años le ha colocado al béisbol, asegura que la
experiencia vivida en los campos de entrenamiento de esta temporada lo hizo
afianzar aún más sus metas, el lanzador afirma que tuvo la oportunidad de estar
con importantes figuras de la organización y de poder ver en acción a las
grandes estrellas de hoy en día. “Esos momentos hay que tomarlos en cuenta, aprender
de la experiencia y poner práctica lo
aprendido”, destacó el serpentinero.
El
Doctor como mucho lo llaman en la cueva, siente que su momento es para el
béisbol pero afirma que no se olvida de la medicina, todos los días lee y
conversa con el trainer sobre aspectos médicos.,sin embargo, su meta ahora
mismo es graduarse en el Big Show.
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